En la Zona Norte de Costa Rica, la Lapa Verde (Ara ambiguus) anida de diciembre a junio, con la mayoría de las parejas poniendo el primer huevo a finales de enero. Los nidos están con huevos en enero o febrero y con crías entre febrero y abril, con la mayoría de las crías completamente emplumadas a finales de abril, y en raras ocasiones a mediados de junio (Powell et. al. 1999; Monge et. al. 2012). Numerosas observaciones de los nidos con adultos marcados en Costa Rica han revelado que uno de los adultos, posiblemente la hembra, incuba los huevos mientras que el otro adulto forrajea y regresa para alimentar al adulto que incuba. Ambos padres participan en la alimentación de las crías (Powell et. al. 1999, Chassot et. al.
2011). El monitoreo de la especie en Costa Rica iniciado en 1996 ha permitido conocer también que las familias permanecen juntas hasta el comienzo de la siguiente temporada reproductiva, cuando los juveniles se separan paulatinamente de los adultos. En promedio, la familia cuenta con cuatro miembros, dos adultos y dos pichones (Powell et. al. 1999, Monge et. al. 2012).
Ambos padres participan en la alimentación de las crías. Ellos forrajean juntos y regresan al nido aproximadamente cada 2 a 4 horas para alimentar a sus pichones, haciéndose las ausencias más largas conforme van creciendo las crías. Uno de los adultos entra en el nido mientras que el otro permanece perchado en la boca del nido o en una rama cercana. Se ha observado que en muchos nidos uno de los adultos no duerme en el nido, y puede dormir en el follaje de un árbol cercano o volar a una ubicación desconocida. Observaciones casuales de interiores de los nidos indican que algunos de los nidos son muy reducidos para alojar a ambos adultos y a los jóvenes en el mismo tiempo (Powell et. al. 1999).
Durante la edad de volantones, los pichones algunas veces aterrizan en el suelo debido a que no pueden sostenerse en vuelo lo suficiente para aterrizar en un árbol cercano. En estos casos los adultos inducen activamente al juvenil en el suelo, para que suba a un árbol cercano perchando ellos muy bajo en el árbol elegido, pero rehusándose a alimentarlo hasta que el polluelo suba al árbol. Una vez en el árbol, el volantón se desplaza muy poco durante las siguientes una o dos semanas, mientras que los adultos le proporcionan alimento.
Gradualmente, los volantones comienzan a seguir a los adultos durante los vuelos de forrajeo y para finales del primer mes los siguen hasta los árboles donde se alimentan. En promedio las lapas tienen 2 huevos por nidada, a veces 1 solo huevo o raras veces hasta 3 huevos en cuyo caso el pichón mas débil suele morir (Powell et. al. 1999).