Muchas de las disminuciones y desapariciones recientes de poblaciones de anfibios en varias partes del mundo se han producido en hábitats que aparentemente no han sido alterados. La pregunta de si los patrones observados difieren de lo que es predicho por la dinámica natural de poblaciones es el tema de una controversia actual que tiene consecuencias importantes para la conservación. Se examinó esta pregunta para la región de Monteverde en la Cordillera de Tilarán, Costa Rica, donde un colapso de poblaciones en 1987 produjo la desaparición del endémico sapo dorado ( Bufo periglenes ) y muchas otras especies. Centrándose en estudios a largo plazo sobre anfibios de otras regiones, se desarrollaron modelos nulos probabilísticos con respecto al número de desapariciones. Al probarse estos modelos para Monteverde se sugiere que los patrones observados son poco probables dentro de los parámetros normales de la variabilidad demográfica. Durante 1990-1994 en un área de 30-km 2 , veinte especies de ranas y sapos (el 40% de los anuros de la región) estuvieron ausentes. No todos los organismos del área disminuyeron de la misma forma: por ejemplo, la frecuencia relativa de especies ausentes fue mucho mayor para los anuros que para las aves que se reproducen en el área de estudio. Sin embargo, la mayoría de los hábitats de anuros están protegidos dentro de la Reserva Biológica Bosque Nuboso de Monteverde, y no parecía que habían cambiado. Además, ninguna de las especies de aves que son afectadas de manera negativa por la deforestación estuvo ausente. Por lo tanto, las disminuciones de anfibios sólo pueden ser explicadas por factores que no son los impactos obvios y directos causados por los seres humanos. De acuerdo con nuestras pruebas de modelos nulos, los análisis de tendencias recientes de abundancia no apoyan la hipótesis de que el colapso de 1987 fuera una fluctuación extrema de la cual las poblaciones están recuperándose. Las especies sobrevivientes de las que existen datos demográficos anteriores al colapso—ranas de vidrio ( Hyalinobatrachium fleischmanni y Centrolenella prosoblepon ), que se reproducen en quebradas, y una rana arborícola ( Hyla pseudopuma ) que pone huevos en lagunas y pozos—eran mucho menos abundantes durante 1990–1994 de lo que fueron antes de este evento y no se encontró evidencias de aumento. Se documentó un incremento solo en las poblaciones de Eleutherodactylus diastema , que se reproduce en hábitats terrestres.